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Diego mandó este texto:

El más cruel de los despotismos es el que se ejerce bajo la máscara de la libertad... Es muy difícil que la conozcan los pueblos, antes se dejan arrastrar de contrarias apariencias y toda tentativa para contenerla tiene el aspecto de una defección de las banderas de la libertad. Entra, pues, el temor en los buenos y notando este funesto efecto los impíos, cobran ánimo... de este modo se encadenan los pueblos, mi querido Elpidio.”

Padre Félix Varela.

Hace seis años fuimos partícipes de unas elecciones evidentemente complejas. No voy a profundizar en las dudas de la legalidad de los comicios, las campañas negras y la válida voz que exigía un recuento ciudadano por la mínima brecha del 0.57% de los votos. Aunque hechos del pasado, son antecedentes vitales para comprender este proceso electoral por concluir. Éste es un llamado a pensar en lo que está en juego en estas elecciones. Cada uno conserva preferencias por cierto grupo político o candidato, que al final traduciremos en un acto democrático: el sufragio efectivo ¿Es éste el gran poder de la democracia contemporánea? ¿Hasta aquí llega el milagro que tanto le costó a generaciones pasadas de lucha ciudadana? Creo que como pueblo y sociedad podemos hacer mucho más que lo que todos los partidos políticos nos han determinado a hacer. Cierto es que no nos sentimos representados por ellos.

En México no existen las candidaturas ciudadanas que harían una gran diferencia en todos los puestos públicos. ¿Qué hay de disparatado en que la sociedad proponga y vote a sus propios representantes de manera directa y no a través de los partidos políticos? Estamos es cierto, ante una partidocracia que cada sexenio y legislación se sigue repartiendo las riquezas de todo un pueblo. Tricolores, azules y amarillos, además de todos los partidos parásitos que año con año reciben millones de pesos, todos parte del mismo sistema, cambian las reglas del juego a su conveniencia. Esto nos seguirá pasando mientras ignoremos el poder que representamos, y sobre todo el potencial que tenemos como nación.

Es desde esta condición que hago a un llamado a todos los ciudadanos a pesar de su preferencia electoral: un llamado a lo más básico, al sentido común. Muy por encima de las pre-concepciones e ideas generadas que vemos en TV o escuchamos en la calle, acerca de cualquier candidato. Invoco al poder que representamos como pueblo. ¿Qué tipo de democracia es aquella que no tiene alternancia en sus poderes? ¿Hay algo malo en probar una alternativa desconocida, cuál es el argumento contra lo que no conocemos? ¿A qué podemos temer después de tanto saqueo político, de tanta sangre derramada y con un presente que nos corresponde sólo a nosotros cambiar?

Hay tres candidatos que lejos de lo que se dice o representan, en resumidas cuentas implican: el regreso al pasado autoritario con Peña Nieto y el PRI; una continuación de la trágica situación nacional con Vázquez Mota y el PAN, y una esperanza con todo el derecho de la incertidumbre con López Obrador, quien representa más a un gran sector de la sociedad que a un partido corrupto como el PRD y todos los demás.

El movimiento estudiantil emergente es una muestra evidente de que el país está cambiando. Son estos jóvenes que buscaron amedrentar en el 68, a quienes el mismo sistema teme y que más de 40 años después lejos de haber incluido, no comprende y le sorprende su explosión. Tal vez de forma lógica, existen puntos en común con las propuestas de López Obrador, como una de las principales líneas del movimiento: la de democratizar los medios de comunicación y que tanto Televisa y TvAzteca no sean las únicas emisoras de televisión abierta.

Otra propuesta afín es la de remover de una vez por todas a Elba Esther Gordillo, dueña por cierto del PANAL y quien tiene a su elocuente títere Quadri como caza de votos en caso de un final cerrado, dama siniestra y auto-proclamada presidencia vitalicia del Sindicato de Maestros, lastre de la educación en el país. Además de las reformas a partidos políticos y la electoral que tanto dinero le cuesta al país y que no se refleja en ningún beneficio social. Estoy seguro que a través de la propuesta de Andrés Manuel las candidaturas ciudadanas se podrían lograr, limitando el poder de los partidos a través de la fuerza política que encabeza. Es además el único que ha propuesto las figuras del plebiscito y referendum, dejando su cargo si no es aprobada su labor como Presidente en los primeros 2 y 4 años. Por último, es la única gestión que no se puede comprobar que ha sido desastrosa.

¿Es verdad que hay tanta gente que quiere un retroceso en al vida nacional? ¿Será cierto que no hay memoria, no sólo de lo que ha representado el PRI durante 71 años, corrupción que encarnada en ex-gobernadores pretenden formar parte del gabinete de Peña Nieto, sino por lo que se ha perdido desde entonces y durante sólo 2 sexenios del PAN, logrando más de 70,000 tumbas -casi lo mismo que la bomba nuclear de Nagasaki- y dejando el país bajo control del narco? El gran termómetro que tenemos en la vida política nacional con respecto a un cambio y la alternativa que encabeza Andrés Manuel López Obrador, es que tristemente no tenemos ya nada qué perder y mucho que ganar.

Tal vez en el futuro regresen los otros partidos al poder, no lo sé, pero sería normal, pues esa es la naturaleza de la democracia que adoptamos. Si le hemos dado tanto tiempo a dos partidos -los años de nuestros abuelos, los años de nuestros padres- ¿porqué no darle la oportunidad a López Obrador para hacer un país mejor pensando en el futuro? Si nuestra elección es honesta, entonces tenemos derecho a equivocarnos.

Todo político actuará como lo ha hecho en el pasado, aquí sólo unos pocos datos: ¿sabías que AMLOve vivió en una comunidad indígena durante año y medio? ¿O que fue nombrado como mejor alcalde a nivel mundial cuando fue Gobernador del DF, y que es el único candidato que se acerca a la gente sin escoltas ni seguridad en su recorrido por el país en todos los miles de municipios que tiene? El plantón de Reforma -acorde al derecho de libre manifestación y favorito como falso argumento de sus opositores- fue una resistencia civil pacífica que evito enfrentamientos violentos después de la negativa del recuento. A cambio se sacrificaron las 70,000 almas de las que Calderón es impunemente responsable. Ni justicia, ni democracia.

Sabemos la fragilidad de las instituciones encargadas de vigilar la legalidad de la elección. ¿Qué podemos hacer como ciudadanos? ¿Cómo podemos evitar una imposición por parte de las esferas políticas más poderosas de México? ¿Hasta dónde el dinero puede forzar un presidente y hasta dónde es la sociedad quien puede poner un alto? Esta vez es necesaria una amplia ventaja electoral: para evitar nuevamente un fraude. Por eso es necesario tu voto, para ser una indiscutible mayoría y el resultado sea evidente. No estamos lejos de serlo, pero necesitamos cada uno de los votos indecisos y votos útiles que en su momento se usaron para históricamente derrotar al PRI en 2000. Podemos hacerlo de nuevo con tu ayuda.

¿Qué podemos hacer? Ir a votar, invitar a otros a hacerlo. Nadie puede decirte por quién votar, puedes elegir entre la manipulación, las mentiras y los dogmas. Ése es el acto de fe que el país ha depositado en ti. Puedes beneficiarte de las despensas que te dan los partidos, los regalos de campaña o en la jornada electoral. Pero a la hora de votar eso no importa: ese momento privado e intimo entre la boleta electoral y tú es sólo tuyo y nadie puede determinarlo. Nadie puede comprobar si votaste o no por el PRI, y mucho menos quitarte tu trabajo por esa razón.

¿Qué más? Vigilar y defender el voto, que los comicios y conteos se lleven de forma transparente. Que no se compre o condicione ningún voto. Absolutamente nadie puede saber por quién votaste, pero hay estrategias para intentar seducirte o espantarte: comprarte o amedrentar tu elección. No le creas a las encuestas de la TV: están pagadas, sólo son parte de la simulación que venden todos los días y buscan el “efecto parvada”: que te unas con el posible ganador. Pero la realidad es que tú decides al ganador. Vigila el voto con cámaras de video, fotografías y audio. La jornada electoral la hacemos todos y a diferencia de 2006, estamos más informados y más unidos. No creas en las campañas negras de la TV, lo que buscan es dividirte de tu familia, de tus vecinos y amigos. Quieren usar el miedo como último recurso desesperado para evitar que libremente elijas una nueva alternativa. Al final eso es una buena señal.

Tu voto es más importante que nunca. Quien olvida -o ignora- la historia está condenado a repetirla. Dejemos un mejor legado a las generaciones futuras del siglo XXI, el futuro es ahora. Mostrémosles que no estamos de brazos cruzados y que por lo menos agotaremos todas nuestras opciones. Los medios te saturan de información pero al final todos ellos y los corruptos dependen de ti. De hecho te temen, temen que despiertes y te des cuenta que tu poder sólo inicia con el voto. Tu voto puede detener la violencia, mejorar la educación, rescatar el campo y hacernos soberanos. Tú decides. Dale una oportunidad a López Obrador, tal vez no es el mejor candidato pero es el único que puede evitar el fatídico regreso del PRI. El voto es tu mejor arma por ahora. Hazlo, motívalo, vigílalo y defiéndelo.

Diego M Bucio.

La crisis económica mundial

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No hace mucho los economistas a nivel mundial festejaban el hecho de que habían alcanzado el éxito en su ramo, al parecer consideraban que estaban dentro de una era dorada dentro de su profesión.

Paul Krugman (2009).

El problema central sobre la prevención de las recesiones ha sido resuelto.

Robert Lucas.

Premio Nobel de Economía

Los cierto es que la profesión se encuentra dentro de un nuevo y acalorado debate sobre que fue lo que falló y porque no se pudo hacer algo al respecto. Si bien varios economistas vieron venir el problema hipotecario con sus respectivas externalidades hacia el sistema financiero y que nadie les hiciera caso no es lo más grave, sino la visión cuadrada de los encargados ante la posibilidad de pudiera colapsar el sistema, no se tenían prónosticado dentro de los escenarios uno en donde se diera un problema tan profundo.

Origen de la crisis.- El problema se remonta al año 2000 donde las acciones tecnológicas junto con el NASDAQ, su principal índice, llevaban un comportamiento alcista y prolongado lo que había llevado a los inversionistas a alcanzar rendimientos extraordinarios. De un día para otro los participantes del mercado se dieron cuenta que la gran mayoría de las empresas basadas en portales de internet contaban con un precio de mercado sumamente inflado ya que en realidad no tenían activos que sustentaran la actividad y que basaban sus ventas en una demanda proyectada, no sustentada con la realidad. La explosión de la burbuja trajo pérdidas millonarias y el quiebre de muchas de esta empresas llevando a los inversionistas a buscar refugio en otros mercados.

En este momento el presidente de la FED, Allan Greenspan, llevaba varios meses estimulando el crecimiento económico a través de la política monetaria como medida contracíclica, decidió así bajar la tasa de interés hasta ubicarla en 1.00% buscando que se promoviera el crédito a las empresas y poder así estimular nuevos proyectos de inversión. La medida fue acertada y permitió a muchas compañías establecer nuevas inversiones incrementando la actividad económica y fomentando el empleo.

Un punto que fue poco considerado es que con la baja de tasas de interés también se volvió más barato el crédito para que las personas adquirieran una casa. Mucha gente tomo la decisión de endeudarse o hipotecar sus bienes buscando mejorar sus propiedades gracias al bajo costo que tenia el capital.

Los bancos dentro de su captación de créditos se dieron cuenta que la población que quería conseguir un crédito variaba en su capacidad de pago aunque la gran mayoría contaba con suficiente solvencia y liquidez. Esto permitió otorgar más y mejores créditos a personas con menor nivel de calificación ya que las ganancias de los que seguro pagaban compensaban a aquellos que no podrían realizar el pago. Con esta demanda por propiedades se incrementaron los precios de los bienes raíces y todos los especuladores e inversionistas que había guardado su dinero a raíz de la crisis de los puntocom vieron una oportunidad, continuando así la escalada de los precios de las propiedades creando un efecto burbuja, pero a una velocidad muy lenta, lo que evitó que se levantaran sospechas.

Los bancos hipotecarios tomaron la decisión de empaquetar las hipotecas de manera diversificada para utilizarlas cono instrumentos de inversión. Pidieron a las empresas calificadoras que otorgaran grados de inversión a los paquetes para que estos los pudieran poner al alcance del público inversionista. Bajo el principio de diversificación, las calificadoras otorgaron AA y AAA a los paquetes que rápidamente se colocaron entre bancos, empresas, personas y gobiernos por los buenos rendimientos que otorgaban.

Al pasar de los años y con George Bush en el gobierno, con una economía con altos niveles de inflación, el presidente de la FED se vio en la necesidad de incrementar las tasas de interés buscando así disminuir la actividad económica y controlar el incremento en los precios. El problema fue que con el alza de tasas también se dio un incremento en los costos de las hipotecas haciendo más difícil el pago para muchas personas, los precios de las propiedades había llegado a niveles insostenibles y explotó la burbuja para generar una caída significativa en los precios***.

En la medida que aumentaban las tasas disminuía la actividad económica afectando el ingreso de las personas, que ahora no podían realizar los pagos hipotecarios y que además no podían vender sus casas al precio que les había costado porque nadie quería comprar propiedades. Poco a poco los paquetes de hipotecas se volvían de mayor riesgo ya que más gente se encontraba en situación de default y la calificación AAA y AA ya no les correspondía, en valor contable estos activos perdían valor rápidamente.

Con la quiebra de Fannie Mae y Freddy Mac y la caída del sector de la construcción (p.e. Cemex) se hizo evidente el problema del sector inmobiliario y se sabía que las inversiones hipotecaria se encontraban ya dispersados en todo el mundo, por la dificultad de valuación ante el cambio en el entorno económico no se sabía de cuanto podría ser la caída en los balances de los bancos, principales operadores de los fondos. Aun así no dejaba de ser una crisis hipotecaria que no tendría porque afectar a los demás países (de ahí el anuncio de Carstens sobre el catarrito).

De aquí derivó la caída de Bear & Sterns, uno de los bancos de inversión más grande de los Estados Unidos, ante los rumores sobre la cantidad de activos tóxicos que podría tener los inversionistas, llevaron el precio de la acción desde 60 dólares hasta 2 dólares, es decir un banco con valor de 18,200 millones de dólares paso a valer sólo 1,900 millones de dólares hasta que fue adquirido por J.P. Morgan Chase, gracias a la intervención del gobierno de EU y de la FED, dando facilidades a los compradores.

Así comenzaron los rumores sobre cual sería el próximo el banco de inversión en verse en problemas, Merrill Lynch fue el siguiente de la lista, y que fue adquirido por Bank of America, dejando en el siguiente lugar a Lehman Brothers que terminó en la quiebra del banco y el colapso del sistema financiero. Algunos se preguntan por qué el gobierno ayudó a Bear and Sterns a que se realizara la compra evitando la quiebra y a Lehman no se le otorgó ese privilegio. La razón general fue que en puerta tenía la quiebra de AIG la mayor aseguradora de los Estados Unidos y que representaba un serio problema sistémico además de que buscaba dar una lección a los inversionistas de Wall Street sobre las posiciones de riesgo que estos tomaban. Con esto desapareció la confianza en el sistema y en los demás bancos paralizando el crédito interbancario, a las empresas (de lo que viven la mayoría de las empresas) y a las personas.

Los rescates financieros estuvieron enfocados en buscar balancear los estados de resultados de las empresas, y otorgar al mercado la liquidez necesaria para que se restableciera el crédito. Era fundamental recuperar la confianza por lo que el gobierno se puso de garantía en todas las emisiones de deuda subsecuentes.

La situación en México.- Es conocido por todos que nuestro país se encuentra dentro del grupo de economías emergentes y que compite con ellas por recibir la inversión extranjera a través de ventajas competitivas. La crisis en EU provocó una pérdida de confianza en las economías emergentes, si las potencias tenían problemas serios, cuanto tardarían en tronar los países como México. Aquí se da una salida de capitales naturales debido a los riesgo que implica mantener las inversiones en el país, pero también se repitió en los mercados accionarios aunque no fue suficiente como para depreciar al peso.

El movimiento cambiario viene por tres factores fundamentales: la caída de la producción petrolera junto con el precio del barril; la caída en el flujo de remesas -que es el más importantes flujo de dólares al país-; y la compra de dólares por parte de empresas e individuos mexicanos.

Nuestro mayor impacto vino con la caída de la demanda en EU, donde nuestras exportaciones se vieron reducidas provocando que se disparara el desempleo y el único sector saludable, que era el turismo, estuvo paralizado por la crisis de la influenza. Al parecer fue que se juntaran todos estos factores lo que hizo que se diera la actual crisis, aunque a diferencia de las anteriores no fue nuestra de origen. Si bien se plantearon por primera vez en la historia medidas contracíclicas estas no fueron suficientes en cantidad ni eficientes en su operación.

Que se necesita.- Una reforma fiscal de IVA generalizado que permita que la recaudación sea eficiente y proporcional a los individuos, pero siempre y cuando este validado con una disminución de la cuenta corriente del país.

Reforma petrolera que permita las inversiones de alto riesgo compartiendo las ganancias con las empresas extranjeras para desarrollar el sector.

Inversión en infraestructura eficiente. Reforma laboral que permita mejorar la competitividad de los trabajadores haciendo más rentables las inversiones del país.

Hace 10 años éramos la economía número 8 del mundo y ahora somos la número 15. Hace 70 años Irlanda tenía 3 veces menos ingreso per cápita que México y ahora tiene 3 veces más. Hace 20 años Korea era un país agrícola en medio de una crisis y hoy es una potencia mundial con uno de los índices de vida mas altos del mundo. Chile hace 15 años tenía a mas del 50% de la población en extrema pobreza y hoy solo tiene al 15% en ese estrato.

Rubén Domínguez González

¿Hacia dónde?

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La juventud de nuestro país atraviesa una de sus etapas más dificiles en la historia contemporánea, una etapa en la cual el terreno donde transita se encuentra minado, mina tras mina; por las sustancias adictivas, las enajenaciones mediaticas, las relaciones humanas de desecho y por un valemadrismo que solo conducira a la automarginamiento de la mayoría de las generaciones presentes ante un sistema que recicla solo la productividad autómata, la era de las ideologias y de la voluntad de lucha por lograr los cambios justos y necesarios ha pasado para la gran mayoria a una actitud de conformismo y pasividad pero con una gran inconformidad y disilusion al msismo tiempo.

Hoy en día uno se pregunta ¿en dónde estan esos grandes y nuevos artistas que ante realidades complejas criticaban lo vivido para proponer nuevas formas del contenido humano?, ¿en dónde estan los nuevos pensadores generacionales que sin temor a equivocarse deben formular nuevas propuestas?, ¿en dónde estan los nuevos activistas sociales que sean politicos de convición y vocación de tiempo completo?, ¿en dónde esta la juventud de México?

Está lamentablemente fumandose una pipa oxidada en la hamaca de la ignorancia y la decidia, está en el limbo, está extraviada en los laberintos de un mundo psiquiatrico, está gravemente herida, profundamente dañada, la juventud de hoy tiene miedo y es temerosa, y esta perdiendo lo más valioso en ella, esta perdiendo su calidad humana, entre los jovenes hay incomunicación y desconfianza, hay competitividad feroz, hay perdida de compañerismo y camaderia, los sexos se vengan uno del otro por cuestiones del pasado.

Hoy en día el ser un caballero es un peligro, hoy en día ser una dama es un riesgo, las feministas se vengan por el machismo, el machismo se venga por el femenismo. Pareciera que los extremos se juntan y excluyen al resto, y el resultado es obio; menos familias, menos matrimonios, menos hijos, menos seres, menos responsabilidades. Se dice en la moda de la vida contemporanea que hay que vivir el momento, el momentum, lo demás vale madresss.


De esta tempestad que se llevara a millones, también quedaran algunos en pie de lucha, en lucha por un sistema humanizado, en lucha por la defenza del humanismo, en lucha por tener fe en la bondad del ser humano, en lucha por ser dia a dia ser humano.


Hoy soy zomby, mañana sere ser humano.

Rombo R

Próxima Reunión

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Recordándoles que la próxima reunión plenaria será el 7 de noviembre en la misma sede, confirmen su asistencia por ahí desde antes, sobre todo quienes expondrán.

Exponen Amaro y Tets.


Saludos.

Diagnóstico de la crisis

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Disertación, la situación de crisis en México.
Ética.


I.
A la pregunta por la crisis ética actual en México habría que acotarla a ella misma con una serie de preguntas y reflexiones por la condición de posibilidad, tanto de la propia crisis, como por las condiciones de posibilidad para las respuestas, deseables y necesarias, pero inciertas y quizás imposibles. Una sola pregunta no implica una sola respuesta, no están en una relación de uno a uno, ni son exactas, ni son simétricas.

Habría que preguntarse si la situación en la que estamos es realmente una crisis, si vivimos realmente en un momento crítico y de trasformación profunda o simple y llanamente la ideología -como parte de una supra estructura definida y relacionada con un sistema económico y político determinados-, ha cambiado o se ha trastocado a sí misma a partir de otras transformaciones estructurales profundas; y si de paso también ha trastocado a los principios e ideales que nos apropiamos y defendimos tanto tiempo, pero que bajo ningún concepto están cambiando a la sociedad profundamente como la conocemos y que muy probablemente en el futuro la situación sea igual, sólo que con una problemática mucho más aguda y contradictoria de lo que ha sido hasta ahora, al menos en apariencia.


La pregunta es, si realmente es una crisis o se trata de un simple re-acomodo de las creencias y costumbres, de la normalidad, de lo cotidiano, y por lo tanto no hay realmente una crisis, solo una tendencia radicalizada a preceptos y principios que muchos de nosotros no compartimos. Si esto es así, si se trata sólo de un reacomodo, hay que buscar una buena razón para plantear una verdadera crítica y justificar por qué no estamos de acuerdo con la situación y por qué pensamos que otra es posible, y no solo posible, sino deseable.


Si se trata de una crisis entonces tenemos que ubicar los síntomas que la acompañan, y una vez que los hemos reconocido tenemos que ir a la raíz del problema. El fundamento de estos síntomas, lo que ha movido de sus cimientos los valores de toda la sociedad hacia un terreno, que lejos de ser bueno o malo, es diferente. Para encontrar dichos síntomas tenemos que entender cabalmente esa nueva perspectiva y no rechazarla de tajo y sin crítica verdadera y profunda.


Rechazo la idea simple de que nos encontramos en una crisis ética y que por el contrario, se trata “solo” de un cambio de centro de gravedad, circunscrita a una situación económica y política que a su vez pueden estar en crisis o no estarlo, pues no es lo mismo una verdadera crisis que el agotamiento de un sistema político o económico, dichos sistemas pueden subsistir mucho tiempo sin mayores cambios y sin entrar en crisis a pesar de estar agotados, pues la crisis está en otro lado, es diferente. Es probable que esta situación problemática que hemos identificado sea mas una transición generacional o una lucha de poder, pero no propiamente una crisis, la crisis hay que provocarla y ese debería ser el objetivo de esta agrupación.


¿Qué es una crisis? ¿Qué la hace diferente a los cambios inherentes a cualquier sociedad, individuo o ente? No sin temor a equivocarme me atrevo a afirmar que, para que esta situación actual fuera una crisis, no es necesario que las instituciones o que la estructura y la supra estructura no existan o se caigan a pedazos, la crisis es un proceso de cambio y de diagnóstico de una situación problemática, incluso incoherente, inconexa entre lo que esperamos o deseamos que fuera y lo que realmente es, entre el resultado esperado y el resultado concreto.


Pero no solo eso, hay un componente más que es el que nos lleva de los meros síntomas a los fundamentos de la crisis, de lo que está en la superficie a lo que realmente sostiene dicha situación problemática, y es precisamente la capacidad de problematizar, de cuestionar y proponer soluciones. La crisis se ubica ahí donde hay crítica, dónde se le provoca, la crisis es el resultado de dicha crítica, la situación problematica se vuelve crisis cuando se vuelve crítica, cuando se le ha problematizado y podemos entender realmente cuál es la raíz de la disociación entre lo que queremos y lo que tenemos, entre los resultados deseados y los obtenidos. Esta distancia aparece si y solo si somos críticos, si reflexionamos realmente sobre la situación en la que nos encontramos y lejos de solucionar parte por parte, detalle a detalle, podemos atajar los fundamentos, los propios cimientos de lo que consideramos puede ser mejor y es ahí donde debemos trabajar.


La crisis se provoca con la crítica, la crisis se sostiene con reflexión, y finalmente se soluciona con propuestas y cambios profundos, no de maquillaje ni superficiales. Nuestra responsabilidad está en señalar los síntomas de la situación que consideramos problemática, como dije antes, pero debemos profundizar y llevar la reflexión de los síntomas a los fundamentos, debemos provocar la crisis, poner en juego la crítica y que ésta devele las grietas, las verdaderas fisuras donde debemos intervenir para reparar el edificio social.


Hay un prejuicio muy extendido, que como nos enseñaron los Simpson, las crisis son también oportunidades, pero no toda crisis es una oportuncrisis, lo es sólo cuando hemos hecho la tarea y cumplido con la parte crítica de la situación problemática, la hemos problematizado, no basta señalar los síntomas, ese es el punto de partida pero debemos ir mas allá del puro diagnóstico, y se convertirá en una oportunidad si y sólo si tenemos una propuesta concreta y viable en la que podamos avocarnos y trasformar la situación problemática en una situación deseable, o conveniente, o al menos que conecte el deber ser con el ser lo mejor posible, que sea coherente.


Para tener una propuesta viable, clara y distinta debemos superar prejuicios, ignorancia y miedos, tanto grupales como personales y trabajar por un acuerdo que no sea violento, que no atente contra las distintas perspectivas y opiniones, creencias y conocimientos de quienes participan de este grupo de estudios. Digámoslo como debe ser: este grupo debe ser crítico. Así mismo tampoco deberá ser violento contra otros agentes de trasformación social que no compartan nuestras ideas o que sean nuestros antípodas teóricos, y mucho menos con quienes no están politizados o comprometidos en principio pero que puedan colaborar con nosotros.


Así mismo no podemos adoptar una posición ingenua y buena onda donde todo es admisible, y que todo quepa por mor de la mera opinión y del respeto a los derechos humanos y políticos de quienes emiten meras opiniones y no las sustentan en nada más que en su mero derecho a opinar y la libertad de expresión. La crítica se comparte con crítica, y la opinión se separa del verdadero conocimiento con crítica. Por supuesto que el medio para lograr este fin es el diálogo, abierto, respetuoso y franco, pero sobre todo bien fundamentado y argumentado, los puros resultados sin los procesos no son más que opiniones, y cada persona tendrá la suya.

Para ello tenemos que ocuparnos de los axiomas, los principios o las máximas, pasar de las premisas y las suposiciones a argumentar eficientemente para que nuestra propuesta sea combatida solo ideológicamente, no en sus aspectos técnicos.

En este caso la forma y el fondo no son lo mismo pues tendríamos que pensar, por ejemplo, en una forma práctica y eficiente de trasmitir ideas y propuestas, dicha plataforma esta en la red, en Internet, pero nuestra propuesta fundamentada en la crítica no puede compartir la naturaleza fugaz e inmediata inherente a Internet, sino que debe a su vez inocular el germen de la duda y de la reflexión, de la crítica en muchos otros, para que podamos establecer un verdadero diálogo a favor de algo firme y establecido, una especie de faro teórico que nos indique cual es el punto de partida y donde puede estar el punto de llegada aunque los medios sean fluctuantes, y aprovechándome de la imagen náutica, que seamos capaces de navegar como flotas agrupadas o como barcos solitarios, da lo mismo, en tanto tengamos ese faro que nos indique la ruta.


II.
Para comenzar con el diagnóstico y para problematizar la situación actual y poderla convertir en una verdadera crisis, deberíamos comenzar por plantear cuál es la pregunta de la ética, es decir: plantear la pregunta por la ética, y de esta forma comenzamos la labor crítica de definir y delimitar los verdaderos alcances de cada uno de los ámbitos que nos ocupan en este taller.

La pregunta por la ética debe señalarnos cuál es la pregunta de la ética. No debemos argumentar ingenuamente que es la pregunta por el bien y el mal, o por lo que es bueno o malo, tampoco por El Bien y El Mal como formas metafísicas absolutas. En realidad son todas esas respuestas pero ninguna exactamente, pues en esencia, una definición de la ética por su pregunta por el bien y el mal es una pregunta moralista. Así mismo, si la definición fuera como la que da Kant, como la pregunta por lo que debemos hacer (o el deber ser), es una respuesta insuficiente, ya que ve sólo el aspecto práctico de la misma. Veremos más adelante que si la moral no se reduce sólo a la práctica -a las mores, o las costumbres-, mucho menos la ética, pues es un componente fundamental de la propia ética la reflexión, y de nuevo, la crítica; el rechazo a los dogmas y las verdades establecidas de antemano por autoridad, o que sean socialmente aceptadas.


Hay que plantear la verdadera pregunta por la ética y luego por la pregunta de la ética, así como su diferencia con la moral y la política. Si existe la pregunta “verdadera” por la ética hay que pensar a su vez si es posible o si quiera deseable una única y sólida respuesta para toda ética posible. Es decir, si l arespuesta es una definición de la ética tal que “la ética es x, y o z y no puede cambiar”, es decir: si es realmente a-histórica, o si mas bien se compenetra con los sistemas sociales, políticos y económicos y entonces el cambio es multifactorial, o debería serlo, y al ética no es extática.


El problema del pensamiento totalitario y unitario –incluso utilitario-, es precisamente la unicidad, la claridad y la distinción de sus respuestas. Si nos preguntamos por la ética dentro de la lógica del totalitarismo nos dirá que su pregunta es por lo Bueno y lo Malo, enumerará características contradictorias y excluyentes entre sí, y convertirá sus juicios de valor en verdades absolutas que, o aceptamos o rechazamos sin ningún tipo de mediación, mucho menos de crítica.


Hay que insistir en que no podemos aceptar un pensamiento unitario y totalizador, pero tampoco el ingenuo buena onda en la que todo cabe y en la que todo es válido, que define lo que es bueno y malo para cada quien. El uso y abuso de los discursos democratizadores y tolerantes no son mas que un escudo, o una excusa para justificar lo injustificable, lo que podríamos llamar el mal en sí: los genocidios, la guerra económica, la imposición de ideologías (sean estas de hoces y martillos o de barras y estrellas). Pero no moralicemos.


En ambos casos (de la lógica del totalitarismo y la lógica de completa laxitud), las respuestas son moralistas pues la pregunta está mal planteada desde el principio. La pregunta de la ética es: cómo discernir entre lo que es bueno o deseable, o que es y como puede ser mejor; qué debemos hacer o cómo podemos trabajar para lograrlo o simplemente obtenerlo. La pregunta planteada por El Bien y El Mal es moralista porque opone los contrarios y marca un solo camino como el camino deseable y posible, pero el mal no es deseable ni nadie hace el mal concientemente, ello sucede o por ignorancia o por enfermedad.


Los ignorantes incluso piensan que lo que escogen es Bueno, aunque otros lo llegaran a considerar Malo, que para ellos esté bien es porque no lo saben, este es el problema socrático por excelencia. En el caso de los enfermos mentales, cuyas psicopatologías precisamente no les permite distinguir entre “el bien” y “el mal” es donde radica su inmoralidad, perono su falta de ética.


Por supuesto que hay mal en el mundo, que hay cosas que no deberían ser bajo ninguna circunstancia y que ninguna perspectiva justificaría. El problema es que tales actos están fundamentados en la creencia de que lo que se busca es un bien, o en un interés particular, cuyos beneficios pueden pasar por un bien mayor aunque los medios sean reprobables. Que no estemos de acuerdo con ello no lo hace inaceptable o incomprensible, quizás no compartiremos la viabilidad del acto, pero sí el fundamento: lo que creemos justo, bueno, ético, es algo por lo que hay que luchar.


Esa es la pura forma, solo que el contenido es diverso y ese es el problema de la ética. La pregunta sería, en parte, por la posibilidad de la coexistencia entre distintas posturas que sin ser contradictorias ni excluyentes entre sí pueden coexistir y deberán coexistir, el problema es cómo lidiar con los pequeños detalles que sí las hacen incompatibles sin violencia y sin aniquilar a lo que es diferente, por un lado, y sin la hipocrecía del dejar pasar y dejar hacer sin más.


La tolerancia buena onda y el totalitarismo no coexisten con nada mas, pues la primera no critica aquello con lo que esta coexistiendo y por lo tanto no se relaciona con ello; y el totalitarismo lo elimina de un plumazo. ¿Cómo resolver el dilema de la coexistencia? No es la mera democracia como emisión de votos durante periodos bien determinados, ni la pura tolerancia y su nulidad crítica y en una de esas, también nulidad asertiva: no afirma ni niega, no se compromete, solo deja hacer y deja pasar, sin compromisos teóricos, ya sean morales o éticos.


No podemos caer en la demencia de eliminar todo lo que no cabe dentro de los límites que hemos definido como “aceptable”, ni cometer la tontería de definir como “aceptable” todo, o a la inversa, como “inaceptable” todo lo que está más allá de nuestros limites, de comprensión, empatía, simpatía y gusto. Lo que se requiere es un compromiso teórico no solo con la conservación de aquello que sentimos se va perdiendo, lo que consideramos “importante”; debemos comprometernos con las acciones que también transformarán la situación problemática en la que nos encontramos, saldremos de ella, o la convertiremos en una crisis, una vez que nos hayamos planteado un objetivo realizable, posible y deseable y tengamos las acciones concretas a seguir, este taller es un buen principio pero es a todas luces sólo un diagnóstico, aunque insuficiente para salir de la situación problemática al menos es un principio para problematizarla.


El cambio y la permanencia son dos complementos necesarios, no podemos destruirlo todo y comenzar de cero, tampoco debemos institucionalizar el cambio y volverlo inmóvil, una pieza de museo, un dogma irrefutable. Que la situación actual sea diferente a la que esperábamos encontrar en otra época y en otro contexto no la hace en sí mala, o no lo sabremos hasta que no lo reflexionemos profundamente y entremos al punto mas bajo de la crisis y los elementos contradictorios y disfuncionales sean claros y distintos y entonces tengamos al menos la certeza de cuál es el nuevo camino a seguir.


Hasta este punto debería estar claro, que el problema no es de la pregunta misma de la ética, sino las múltiples respuestas que caben dentro de la fórmula genérica de la pregunta por lo bueno y lo mejor, por lo que es deseable y por cómo hacer compatible el mundo del ser con el del deber ser. El malo, o lo malo, no es una opción para nadie, se vuelve una opinión cuando hay un choque de visiones, ideologías o fines e intereses.


El problema de la ética, y el problema de la situacióbn actual es que parecería que en una formula vacía de la pregunta cabe una gran multiplicidad de respuestas, y que no se delimitan a lo que consideramos bueno o malo, ni mucho menos a una sustantivación de los conceptos fundamentales, pues ello deriva en el dogma. El punto nodal está en la forma práctica y cotidiana de qué hacer, y qué hacemos de hecho, para lograr que el ser y el deber se acerquen, acortar la distancia entre la estructura y la supra estructura, que no estén tan dislocados o distantes, no hay empate posible, pero si hay acercamiento.


III.
Me queda un dilema más, y que no es simple ni espero encontrar una respuesta en este taller o por lo menos pronto. Está en la obra mas menos reciente de Hilary Putman, que proclama el fin de la ontología y la metafísica como bases de la ética.

Lo que Putman propone es una ética formal, desfondada, prominentemente práctica donde es innecesaria la pregunta que origina y fundamente toda reflexión ética, y por ello al principio mencionaba que aunque no son el fundamento de la pregunta de la ética, si son parte de la respuesta, son el bien y el mal y sus versiones prácticas como “lo bueno y lo malo”, y las formas metafísicas y abstractas como “El Bien y El Mal”. La pregunta impele a dar una respuesta preferentemente práctica, sin embargo es necesario tener a la vista los límites de nuestra reflexión y de lo que es aceptable y deseable formuladas como principios o máximas o ideales, ello constituye el faro teórico que mencioné antes y que hay que establecer firmemente, que como conceptos son los auxiliares que anclan nuestro discurso y dan dirección al proyecto y sentido a las acciones concretas que debamos emprender.


Estos principios o máximas, o como quieran llamarlos, deben acudir a los otros y mediante el diálogo establecer acuerdos –que no es lo mismo que la identificación de los polos opuestos- y programar acciones concretas que transforman día a día nuestra realidad, lo cotidiano. Esta es la forma pre-revolucionaria por excelencia, ahí está el cambio en provocar la crisis, en criticar la situación problemática en la que nos encontramos. Iniciar con este taller es un principio, publicarlo es obligatorio, aprovechando las nuevas plataformas y medios de difusión que están a nuestro alcance.


El problema de una ética desfondada y formal, así como carente de sistematización, es la falta de una dirección clara y distinta, de una propuesta específica. Además, no es deseable en tanto no nos permite entender la situación problemática, mucho menos llevarla a la siguiente fase de problematización y critica, pues no hay contradicción en ella, no la reconoce, no se compromte ni sabe elegir, no critica. Pero tampoco es deseable una vuelta al dogma y al anquilosamiento, pues ahí desaparece la crítica al institucionalizarse, hay que tener en cuenta tanto lo que consideremos que debe cambiar como lo que hay que conservar.


Iba a proponer tres máximas o principios, pero los considero en este momento extremadamente teóricos y responden mas a una reflexión personal que nada tiene que ver con este ejercicio grupal, sin embargo, para marcar la pauta de cómo debería comenzar – o como comienza de hecho- la reflexión y la problematización ética, y de cómo ello debería provocar la crisis de la ética, pues debo insistir: no estamos en una crisis porque aun no hay ni un diagnóstico ni un síntoma claramente identificado, simplemente un cambio que puede ser perfectamente normal, un movimiento trans generacional, pero decia, para señalar el origen de la reflexión ética citaré un pasaje de Herzog de Saúl Bellow donde da, por decirlo así, la patada inicial:


“Se había acostumbrado a esperar, veía la importancia (de los preparativo) y ya no era tan impaciente, (…) quizás comenzaría la descripción desde su enloquecido desorden interno, o por el hecho de que estaba temblando. ¿Y por qué? Porque había dejado que el mundo entero lo presionara. ¿Cómo qué por ejemplo? Bueno, por ejemplo, qué significa eso para ser un hombre. En una ciudad. En un siglo. En transición. En la masa. Transformado por la ciencia. Bajo un poder organizado. Sujeto a tremendos controles. En una condición causada por la mecanización. Después del último yerro de las esperanzas radicales. En una sociedad que no es comunidad y devalúa a la persona. En deuda con el múltiple poder de los números que hace a la persona insignificante. El mismo que gasta miles de millones contra los enemigos externos pero que no puede pagar por el orden en casa. El que permite salvajismo y barbarie en sus propias grandes ciudades. Al mismo tiempo, la presión de millones de humanos que han descubierto lo que los pensamientos y esfuerzos concentrados pueden hacer. Como mega toneladas de organismos de forma acuática en el piso del océano. Como la marea que pule las piedras, como le viento que ahueca los acantilados. La hermosa súper maquinaria abierta a nuevas vidas por innumerables humanidades. ¿Podrías tú negar su derecho a existir? ¿Podrías pedirles que trabajen y tengan hambre mientras disfrutas de ti mismo con tus viejos valores? Tú mismo eres un hijo de esa masa y un hermano de todos los demás. O, de otro modo, serías un ingrato, diletante, idiota. Entonces, Herzog, pensó Herzog, desde que tú preguntaste, por ejemplo, ese es el camino que sigue”.

Saúl Bellow. Herzog.


A partir del momento en que hemos sido alcanzados por la pregunta, por una verdadera pregunta y estamos dispuestos a ir al fondo del problema podemos hablar del ejercicio filosófico, solo cuando trastoca profundamente nuestras creencias y nos impele a trasformar el mundo en que vivimos a la par de trasformar la idea que tenemos de dicho mundo, solo así se hace filosofía y se hace de manera crítica.

Ese es el camino que sigue, la discusión por deporte y los argumentos sin propuesta ni desarrollos adecuados son solo opiniones, y el primer síntoma que reconozco de una posible crisis ética es ese: que todos piensan que pueden opinar sin mas por tener el derecho a hacerlo, aun cuando se trate sin sentidos, quimeras o busque anular las ideas de otros, en el mejor de los casos, en la mayoría de ellos, son a su vez, solo opiniones.


Septiembre 2009, México D.F.
Ignacio Bazán Estrada.

Pequeños pasajes del tiempo: La juajolota y el atole

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Don panchito se despertó muy temprano por la mañana, a eso de las 5:00 am, se puso sus aparejos, y salió hacia la fría madrugada, el aliento caliente expedía vapor al ambiente, caminó a paso lento unas cuadras y dobló en la segunda esquina a la derecha, sacó sus pesadas manos de los bolsillos de su chamarra de lana y recibió a mano extendida una guajolota bien caliente, ahora de chile y manteca con su atole bien requetecaliente.

- Ahora es cuando don panchito, hay que entrarle duro a la torta pa' tener con que- dijo la marchante de las juagolotas.


A lo que don panchito respondió:

- No doña, si ya nos cargó la chingada, ya todo lo vendieron, y a nosotros nos van a tirar como chiras viejas, ya lo que viene va estar muy cabrón, y yo ya estoy viejo y cansado pa lo que sigue.


- No se me agüite don panchito, no se me agüite, que mientras haya maíz y atole formamos la cuadrilla.

-Ja ja, ja.-La juagolota le dijo al atole, jajajaaja.


at.
Rombo.

Antiliberalismo Mexicano

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Les dejo un ensayo de Soledad Loaeza, con dos propósitos, uno es señalar que si bien es un periódico que a veces es un poco tendencioso y no es preclaro, sí da cabida a pensamientos distintos a los de la línea editorial; y segundo, me parece muy criticable la idea de la autora que, sólo el liberalismo es democracia - hemos visto que no necesariamente- y que el liberalismo y su individualismo son lo mejor para la sociedad, que pienso que no, que esta tesis se opone a la mía de recostituir la comunidad, sin corporativismos ni militancias, sino la comunidad, el trabajo en conjunto, hace falta incentivar más la colaboración y menos la confrontaión.

Saludos.

Antiliberalismo mexicano

Soledad Loaeza
Fuente: La Jornada. jueves 15 de octubre 2009.

El decreto presidencial que establece la desaparición de Luz y Fuerza del Centro ha reactivado las pulsiones corporativas de sectores de opinión renuentes a la plena transformación del sistema político. En la defensa de los intereses del sindicato de electricistas, el SME, se descubre la tensión que históricamente ha opuesto el liberalismo individualista –igualmente aborrecido por la izquierda y por la derecha–, y la defensa del gremio, de los cuerpos, de los actores colectivos, que comparten los católicos y la vieja izquierda que siempre han mirado con desconfianza al liberalismo. Como ha señalado el gobierno, lo que está en juego es el interés particular de un grupo, el SME, frente al interés general que representa el Estado.

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), al igual que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre otros, no encuentra cabida en un sistema político dominado por partidos de ciudadanos, cuya fuerza reside en el voto como expresión individualizada de participación, y ya no en la representación corporativa. Por ejemplo, la creación de un partido para los maestros, el Partido Nueva Alianza (Panal) fue antes que nada una estrategia diseñada por la dirigencia magisterial para asegurarse la supervivencia y la preservación de la capacidad de influencia del gremio en un entorno profundamente transformado por el ascenso de la democracia liberal. Todo indica que la dirigencia magisterial mira con terror cómo frente a la urna de votación, el maestro puede transformarse en ciudadano y elegir un representante ajeno a los intereses del gremio, pero digno de su confianza y acreedor de sus preferencias.

En México, así como en numerosos países, el sindicalismo ha tocado sus límites, pues muchas de las funciones políticas que desempeñaba en el régimen autoritario han desaparecido en democracia. En el pasado la fuerza de los sindicatos se medía en términos de su capacidad de control político, el cual ponían o no al servicio del partido en el poder. A cambio de comprometerse con la estabilidad, los sindicatos recibían –o tenemos que decir, reciben– muchas ventajas monetarias y de otro tipo, por ejemplo: jornadas laborales reducidas, jugosas jubilaciones, la posibilidad de heredar la plaza a un familiar o a un amigo, salarios elevados, prestaciones envidiables, viáticos por desplazarse de una delegación del Distrito Federal a otra. No en balde Martín Esparza declaró No nos van a quitar la empresa, de la cual efectivamente se habían apropiado. Cuando el pilar de los equilibrios políticos son las elecciones, el voto y la competencia entre los partidos se reduce la importancia de la contribución de los sindicatos a la estabilidad política. De ahí que se hayan extinguido las razones bien perversas que justificaban los privilegios del gremio.

Este fenómeno no es de ninguna manera exclusivo de México. En general, la consolidación de sistemas democráticos reduce las funciones de los sindicatos a una estricta defensa de sus derechos laborales y limita sus relaciones al ámbito industrial, a una interlocución con la empresa. Este proceso ha desembocado en la despolitización de estas organizaciones y en su especialización en los fines para los que fueron creadas: la defensa de los intereses laborales, que no necesariamente incluyen la representación ciudadana, que queda a cargo de los partidos. Tan es así que el lugar de trabajo ha dejado de ser el terreno básico de organización de estos últimos; ahora, en cambio, fincan sus unidades básicas de organización en el lugar de residencia. Esta evolución también está vinculada con cambios en la economía, en el mercado de trabajo y en una noción de democracia en la que los ciudadanos ocupan un lugar prominente. Por ejemplo, ¿qué pasaría con los sindicatos si se reformara la Ley Federal del Trabajo y en lugar de que la empresa descuente a cada trabajador su cuota sindical, deja en manos del propio sindicato esa responsabilidad? ¿Cuántos trabajadores estarían dispuestos a abrir ellos mismos su cartera y pagar esas cuotas?

La decisión del 9 de octubre del presidente Calderón materializó los problemas asociados con la continuidad de las grandes organizaciones laborales heredadas de los tiempos en que el PRI era el partido hegemónico, y cuya asociación con un proyecto democrático desapareció desde hace décadas. Este acontecimiento nos obliga a replantear la discusión a propósito de nuestra titubeante democracia en términos que van mucho más allá de leyes y organismos electorales. Es preciso incorporar el tema de las corporaciones que han bloqueado la consolidación de los cambios políticos y de un pluripartidismo efectivo, que, sin embargo, tiende a calcificarse. ¿Cuál es la influencia de los grandes sindicatos de origen priísta en este endurecimiento? ¿Qué tan responsables son de la pobre credibilidad de nuestra democracia y de su futuro?

La causa del SME será débil en tanto sea vista como un problema particular. Es decir, el gobierno podrá justificar la radical medida mientras trate el caso como un asunto que atañe a un grupo limitado de trabajadores, que ameritaba una solución de ese alcance porque los excesos del sindicato llevaron la empresa a la ruina. El SME, en cambio, busca fortalecerse aduciendo que el gobierno calderonista ha lanzado una amplia ofensiva antisindicalista que habrá de alcanzar a todas las organizaciones de trabajadores. El objetivo de la dirigencia sindical es distraer la atención de las condiciones de privilegio que se había asegurado. Sin embargo, bien sabemos que el SME no es la única corporación atrincherada en privilegios que se imponen a la ciudadanía. Atendamos la invitación de los líderes y miremos alrededor; sólo así podremos calibrar la hostilidad antiliberal que frena el desarrollo de la democracia.

http://www.jornada.unam.mx/2009/10/15/index.php?section=politica&article=022a2pol